EN ALGUN LUGAR, DE ALGUNA PARTE DEL MUNDO.
En algún lado leí una
interesante “anécdota” que bien podría aplicarse a la penosa realidad de
cualquier lugar de México o del Mundo, misma que a continuación les comparto
para su reflexión.
El Primer Mandatario
de gobierno de cierto lugar del planeta, decide salir a la calle y ver cómo
está la situación en las escuelas y cárceles. Primero visita las escuelas y al
llegar a la primera, el director, aprovechando la ocasión le comunica las
carencias del colegio en cuanto a infraestructuras deportivas, sanitarias,
docentes, recreativas, y como no, le pide dinero.
El Mandatario toma
nota de cada anomalía y después de meditar por largo rato le dice al director:
-“Estimado director,
tu labor en este colegio es encomiable, pues no obstante la carencia de medios a
tu alcance, estás sacando las cosas adelante y merece todo mi respeto tu labor,
así como la de tus profesores; pero sabes que el país está pasando una crisis
económica muy fuerte y tenemos todos que apretarnos el cinturón. Pero no te
preocupes, aunque ahora no puedo darte el dinero que me pides, ten por seguro
que en cuanto tengamos algo disponible será para tu colegio”.
Y así pasa con varios
colegios de esa ciudad, en todos escucha las mismas inquietudes y muchas más y
en todos los casos les responde prácticamente lo mismo.
Posteriormente el Mandatario
decide ir a ver la cárcel regional y repite lo mismo que vivió en las
escuelas. El director de la cárcel emocionado
le indica las carencias del centro. Le pide dinero para poder comprar
televisores para cada celda, para hacer una piscina y que los reclusos puedan
tomar un baño en sus horas de asueto, para construir un edificio inteligente a
fin de que los reclusos puedan pasar unas horas de intimidad con sus mujeres; equipos
de cómputo e internet para que los presos tengan una computadora en cada celda
a fin de poder estudiar una carrera a la que se apuntarán con matrícula
gratuita, etc.
El Mandatario se
queda pensativo por unos segundos y le responde sin titubear:
-“De acuerdo, te voy
a dar lo que necesites para que realices todas las mejoras que me has pedido y
más”.
Mientras dice esto, el secretario y asistente personal del Mandatario se queda parado escuchando, sorprendido por la respuesta del mandatario ante tan absurdas exigencias.
Ya de regreso en el
majestuoso Palacio, en la privacidad de las cuatro paredes del Despacho del Mandatario,
el secretario no puede más y le pregunta a su jefe:
-“Con todo respeto
Señor Mandatario, ¿cómo es posible que no haya dinero en su gobierno para
ayudar a los muchachos de los colegios que visitamos y forjarles así un mejor
futuro, el futuro de nuestro pueblo, de nuestro país, el futuro de sus familias,
lo más importante que tenemos y sin embargo, le haya asegurado la ayuda al
director de la cárcel en todo lo que le planteó?.
El Mandatario pone cara de intelectual y le dice:
-“Mira apreciable y joven colaborador mío, lo que es seguro es que jamás volveremos al colegio, pero a la cárcel, NO SABEMOS !!”.
¡ El Cambio empezó en Tepic…!
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