EN EL COMBATE A LA CORRUPCION, ¿MISION
CUMPLIDA?
Durante un evento de
campaña celebrado en Guadalajara el 30 de marzo de 2012, el entonces candidato
presidencial Enrique Peña, anunciaba por primera vez su intención de crear la
Comisión Nacional Anticorrupción, propuesta que sin duda respondía a un reclamo
histórico de nuestra sociedad, cansada del irresponsable saqueo que por décadas
hemos sufrido los mexicanos tanto a nivel federal, estatal y municipal.
Luego de aquel anunció pomposo que se enmarcó como uno de los primeros compromisos que Peña Nieto “firmó” ante Notario Público, la iniciativa fue presentada formalmente por la bancada del PRI en el Senado de la República hasta el 15 de noviembre de ese mismo año, unos días antes de asumir la Presidencia.
Sin embargo, fue hasta el 1 de diciembre de 2013, un año después, cuando se presentó el predictamen del documento para la creación de dicha Comisión, el cual establecía que se trataría de un organismo autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propios, con facultades para prevenir, investigar y sancionar actos de corrupción en materia administrativa cometidos por servidores públicos, así como por particulares, ya fueran personas físicas o morales.
Al día de hoy, tan noble iniciativa sigue reposando el sueño de los justos, en espera de que nuestros legisladores retomen el tema y se decidan finalmente a crear ese organismo que venga a poner fin a ese lastre que por desgracia ha distinguido históricamente a nuestro país.
A partir de los recientes y vergonzosos acontecimientos suscitados a nivel internacional en torno al caso del exgobernador Humberto Moreira, si duda la discusión sobre este tema vuelve a cobrar especial relevancia, pues los mexicanos no merecemos ni debemos de seguir permitiendo que se repitan casos como ese, o como el de Sonora con Guillermo Padrés e incluso el que a cinco años de distancia venimos arrastrando en Nayarit como una asignatura pendiente.
Contrario a lo que muchos consideran, que la corrupción es un problema cultural, habemos quienes estamos convencidos de que se trata de un tema institucional y esto se refleja en los bajos niveles de aprobación ciudadana hacia el Presidente de la República y los partidos políticos. Es muy lamentable conocer por ejemplo, que son contados los servidores públicos que son apreciados por los ciudadanos.
La corrupción sigue siendo al día de hoy, el peor cáncer que padece nuestro país y que en buena medida contribuye a frenar su desarrollo. Llegó la hora de pasar de los dichos a los hechos y en la Capital del Cambio hemos decidido sentar un precedente en materia de transparencia, combate frontal a la corrupción y rendición de cuentas, convencidos de que la fórmula ideal para lograrlo es a partir de una mayor participación ciudadana.
Hoy en Tepic y en
todo Nayarit, podemos afirmar que
EL CAMBIO NADIE LO
PARA.
Para cualquier aclaración, comentario,
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