martes, 24 de mayo de 2016

EN ALGUN LUGAR, DE ALGUNA PARTE DEL MUNDO.

En algún lado leí una interesante “anécdota” que bien podría aplicarse a la penosa realidad de cualquier lugar de México o del Mundo, misma que a continuación les comparto para su reflexión.

El Primer Mandatario de gobierno de cierto lugar del planeta, decide salir a la calle y ver cómo está la situación en las escuelas y cárceles. Primero visita las escuelas y al llegar a la primera, el director, aprovechando la ocasión le comunica las carencias del colegio en cuanto a infraestructuras deportivas, sanitarias, docentes, recreativas, y como no, le pide dinero.

El Mandatario toma nota de cada anomalía y después de meditar por largo rato le dice al director:

-“Estimado director, tu labor en este colegio es encomiable, pues no obstante la carencia de medios a tu alcance, estás sacando las cosas adelante y merece todo mi respeto tu labor, así como la de tus profesores; pero sabes que el país está pasando una crisis económica muy fuerte y tenemos todos que apretarnos el cinturón. Pero no te preocupes, aunque ahora no puedo darte el dinero que me pides, ten por seguro que en cuanto tengamos algo disponible será para tu colegio”.

Y así pasa con varios colegios de esa ciudad, en todos escucha las mismas inquietudes y muchas más y en todos los casos les responde prácticamente lo mismo. 

Posteriormente el Mandatario decide ir a ver la cárcel regional y repite lo mismo que vivió en las escuelas.  El director de la cárcel emocionado le indica las carencias del centro. Le pide dinero para poder comprar televisores para cada celda, para hacer una piscina y que los reclusos puedan tomar un baño en sus horas de asueto, para construir un edificio inteligente a fin de que los reclusos puedan pasar unas horas de intimidad con sus mujeres; equipos de cómputo e internet para que los presos tengan una computadora en cada celda a fin de poder estudiar una carrera a la que se apuntarán con matrícula gratuita, etc.  

El Mandatario se queda pensativo por unos segundos y le responde sin titubear:

-“De acuerdo, te voy a dar lo que necesites para que realices todas las mejoras que me has pedido y más”.

Mientras dice esto, el secretario y asistente personal del Mandatario se queda parado escuchando, sorprendido por la respuesta del mandatario ante tan absurdas exigencias.

Ya de regreso en el majestuoso Palacio, en la privacidad de las cuatro paredes del Despacho del Mandatario, el secretario no puede más y le pregunta a su jefe:

-“Con todo respeto Señor Mandatario, ¿cómo es posible que no haya dinero en su gobierno para ayudar a los muchachos de los colegios que visitamos y forjarles así un mejor futuro, el futuro de nuestro pueblo, de nuestro país, el futuro de sus familias, lo más importante que tenemos y sin embargo, le haya asegurado la ayuda al director de la cárcel en todo lo que le planteó?.

El Mandatario pone cara de intelectual y le dice:

-“Mira apreciable y joven colaborador mío, lo que es seguro es que jamás volveremos al colegio, pero a la cárcel, NO SABEMOS !!”.

¡ El Cambio empezó en Tepic…!

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